Las ancestrales prácticas orientales para moldear la conducta humana en pro de dominar alguna habilidad aún continúan vigentes, y en el deporte pueden brindar la estructura necesaria para un buen desempeño. Ten presente que como piensas sientes; como sientes actúas y como actúas es tal como te va en la vida.
Debemos recordar siempre el aspecto humano y sus variables; es decir, no se trata de cambiar por arte de magia ni de imposición, tampoco por moda o sólo por querer pertenecer a cierto núcleo social. Es importante respetar a la persona en su propia historia de vida. Sin más, entremos en materia:
1: Kaizen. La mejora continua
A diferencia de la mentalidad occidental que suele tener prisa por los grandes cambios, esta filosofía japonesa de mejora continua propone la idea de pequeñas mejoras constantes para garantizar cambios significativos a largo plazo. “Kaizen” viene de las palabras” Kai” que significa cambio y “Zen”, bueno o bienestar.
Su objetivo es eliminar el desperdicio, la ineficiencia y sortear exitosamente los problemas que se presenten. También habrá mejoras en la calidad de los avances.
Neurotip deportivo
Uno de los puntos medulares del Kaizen es la adaptabilidad frente a los cambios. Si esto lo vemos desde neurociencia el objetivo es engañar a la amígdala cerebral, cuya función está asociada a las emociones. Así, divide tu actividad en pasos económicos; es decir, en pasos que no exciten tu amígdala para que no segregue cortisol (temor, estrés) por creer que estás en una zona de riesgo.
Ese paso económico tiene por objetivo permitir que tu cerebro vaya normalizando el cambio; por ejemplo, si tu objetivo es correr 5 kilómetros, empieza por caminar 200 metros, luego 250, 500 y así hasta empezar a trotar y llegar a la meta planteada. Insisto, nada es magia y es importante hacerlo acompañado de profesionales que guíen tu desempeño físico y mental.
2: Shoshin
Este es un concepto japonés que significa “mente de principiante”. Se refiere a una actitud de apertura, de curiosidad y una mente libre de juicios y creencias limitantes; situación que per se resulta muy retadora. Tiene sus bases en el budismo zen y en las artes marciales japonesas.
En este sentido, librarnos de ego que nos dice que ya sabemos, que nos lleva a pasar por el filtro de nuestros juicios todo lo que tenemos enfrente, implica una gran disciplina. No podemos dejarnos sorprender y vivirnos desde el asombro si vamos por la vida creyendo que tenemos el conocimiento y el monopolio de la razón.
Neurotip deportivo
El objetivo es permitirnos el asombro y adentrarnos en lo desconocido como si fuera una aventura. Esta filosofía japonesa afirma: “En la mente del experto hay pocas posibilidades. En la del principiante, infinitas”. ¿Pero cómo mantener la curiosidad?
La clave está en educar a la Red neuronal por defecto; o sea, “La loca de la casa” como le llamara Santa Teresa de Jesús o la “Mente de mono” como le ha llamado el budismo. Cuando logramos acallar nuestra mente, o al menos no dialogamos con nuestros propios pensamientos, podemos estar más perceptivos. Ver lo que tanta palabrería mental no nos permite observar nos dará acceso a zonas desconocidas de información.
En este ámbito es imprescindible educar la escucha. Así que antes de responder o emitir un juicio para defender tus “razones”, respira pausadamente; lleva oxígeno a tus neuronas, calma tu amígdala y acalla la voz de tu cabeza, no dialogues con ella y date la oportunidad de escuchar y percibir. Esto es tan sólo un primer paso de un profundo entrenamiento, pero es un buen inicio.
3: Kodawari (atención obsesiva)
Es un término de la filosofía de vida japonesa que se refiere a la búsqueda de la perfección y la atención al detalle en todo lo que se hace. Aplica a diversos aspectos de la vida, como la cultura laboral, las relaciones interpersonales o el desarrollo humano; también es posible aplicarla al deporte.
Este concepto encierra una forma de pensar y visión del mundo muy profunda: cuidado humilde de los detalles, orgullo profesional y compromiso personal con la sociedad.
Neurotip deportivo
El objetivo es dominar los fundamentos de tu actividad deportiva. ¿Cómo se aplica? En una ocasión trabajé con Camila, una tenista que ya había logrado varios campeonatos. Cualquier persona podría pensar que ella dominaba por completo los fundamentos del tenis; sin embargo, para perfeccionar su saque en momentos decisivos volvimos a lo básico.
Camila entrenó su saque como una principiante, con movimientos en cámara súper lenta. Su entrenador de tenis supervisaba que la postura del cuerpo fuera la correcta cuadro a cuadro. Así, perfeccionamos a detalle el movimiento de todo su cuerpo y la conciencia en cada detalle. De tal forma que su cerebro generara el hábito de un saque As. El trabajo consistía en generar nuevas redes neuronales dominantes. Es así como aplicamos Kodawari al deporte. Los resultados fueron formidables.
¿Y tú, dónde aplicarías estas filosofías japonesas en tu vida?
#palabradecoch