Coincido con diversos analistas en el sentido de que el término síndrome debería estar dictaminado por un profesional de la salud mental y con base en un diagnóstico previo; sin embargo, el mundo de la empresa se ha permitido la licencia de utilizar “síndrome” para hacer más accesibles diferentes fenómenos relacionados al ámbito humano que ocurren en las relaciones laborales.
Mucho se ha hablado de los síndromes laborales; sin embargo, van en incremento y continúa siendo una de las principales preocupaciones en el ámbito laboral. La salud mental en la empresa es uno de los principales temas de agenda del Foro Económico Mundial (WEF). Tal vez sea momento de generar un nuevo observador desde el cual abordarlos.
Síndrome de Cronos
Implica a un líder que impide el desarrollo de su equipo por miedo a que lo superen profesionalmente. Podríamos suponer que el mindest de un perfil de media o alta gerencia implicaría la suficiente fortaleza mental y emocional para permanecer firme en su puesto sin sentirse amenazado.
Recordemos que Cronos, lleno de ambición, le quitó el poder a Urano, su padre. Después encerró a sus hermanos para no tener rivales. Pero esto no quedaría sin castigo; Urano condenó a Cronos al mismo destino por parte de sus propios hijos; entonces Cronos decidido devorarlos inmediatamente luego de su nacimiento. Sin embargo, el vaticinio se materializo con un hijo sobreviviente: el gran Zeus.
¿Puede existir en un ser con tanta ambición, tanto miedo y tanta inseguridad como para convertirse en un Cronos en la empresa y obstaculizar el crecimiento y/o generar un ambiente laboral insufrible?
Uno de los principales problemas en este asunto es que el término creatividad se convierte en amenaza y se asimila como “ambición por mi puesto”. Para el tipo de líder Cronos un colaborador que toma decisiones, que resuelve, que tiene claridad de pensamiento estratégico es una amenaza real y debe ser “devorado”. Lo que se traduce en una falta de reconocimiento hacia el colaborador, bloqueo y un hartazgo de éste por verse sometido e invalidado constantemente.
La escucha es una de las habilidades que nos hace más humanos, más empáticos y colaborativos; por ello un líder Cronos carece de escucha, actúa y toma decisiones desde una mentalidad de supervivencia. Siente que todo es contradictorio hacia él o ella y su puesto en la empresa. Frases como: “No estuvo mal tu presentación, pero te falto describir mejor este punto”. “Yo me hubiera enfocado en este aspecto del informe, pues es más relevante que aquello que señalaste.” “Definitivamente esa no es una buena idea; por ahora las prioridades son otras”. “Aquí el único que piensa soy yo”.
Dependiendo de la estructura emocional del colaborador hay diferentes reacciones; algunos dan por hecho que sus ideas realmente no valen, que son irrelevantes; otros simplemente se agotarán y decidirán guardarse para sí su creatividad.
Para lo anterior hay un caldo de cultivo. El líder Cronos suele habitar en las empresas que se enfocan más en los números y menos en el aspecto humano. Estas empresas suelen carecer de algún plan de carrera al interior; no está en sus prácticas comunes un proyecto de mentoring enfocado al desarrollo de algún colaborador. Son entidades paternalistas, con una escucha limitada y una velocidad de la confianza en demasía lenta o casi inexistente. Suelen permanecer inmutables ante obvias áreas de oportunidad. O sea, se hacen de la vista gorda.
En el clima laboral permea un sistema de creencias y juicios limitantes: es mejor callar y obedecer, que ser factores de cambio en un escenario que amenaza con devorar a los elementos que se destacan o aportan. Estas empresas son el preciso ejemplo de una mal llamada “zona de confort”, que en verdad no es para nada confortable.
En este sentido el reto es grande; pues la solución no sólo tiene que ver con una persona, sino con un ambiente laboral que retroalimenta de muchas maneras a personajes como el ya descrito. Tener un líder Cronos en la empresa nos habla del ambiente laboral, de sus prácticas y visión para ejercer el trabajo. Es un relato de dolor que tarde o temprano pasará grandes facturas al futuro de la institución.
¿Reconoce a un Cronos cerca de usted? O peor aún; ¿se reconoce a sí mismo como un Cronos?