Liderazgo asertivo

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Comunicar implica poner en común una idea. Siempre nos ha parecido lo más cotidiano del mundo; sin embargo, una de las principales áreas de oportunidad es precisamente esta: poder comunicarnos de manera efectiva y afectiva.

Nada más nos aleja como seres humanos que emitir un mensaje que nace viciado desde nuestro propio sistema de juicios, emociones, creencias, conversaciones internas y valores.

Anteriormente hablábamos de que el proceso de una buena idea parte de la inteligencia, pasa por los deseos y las emociones; entonces se activan las áreas de recompensa en el cerebro; surgen las imágenes, aparece la motivación, nacen las ideas y se activa el proceso de razonamiento. Sin embargo, las ideas suelen nacer con mucha dopamina. En la praxis cotidiana esto lo vivimos desde el típico: “Ya me vi”. El exceso de dopamina nos hace creer que todo es posible.

Acto seguido aparece la conciencia y entra en juego el análisis de las variables; el pensamiento se redimensiona; es cuando tomamos control de la mente ilusionada y se activan las funciones ejecutivas del cerebro. Aquí aparecen los valores y la ética para tomar decisiones de calidad.

Todo lo anterior cobra diversos sentidos cuando atraviesa ciertos filtros; por ejemplo, entre el 80 y 90 por ciento del mensaje depende del cómo lo decimos y el resto depende del qué se dice. El contexto es muy importante. El lenguaje corporal puede contradecir o afirmar nuestro mensaje.

La comunicación de un líder que pretenda transmitir seguridad y autoridad, deberá hacerlo desde una postura corporal abierta y abarcando un amplio espacio, físicamente hablando. Esto, acompañado de un preciso tono de voz, la velocidad de su mensaje y una buena dicción permitirán una mejor recepción de la instrucción o comunicado.

Una de las reglas de oro de la comunicación asertiva afirma: si controlas la modulación de tu voz, controlas la forma en la que tu interlocutor recibe emocionalmente el mensaje. Insisto, esto es el “cómo” de aquello que dices. Recuerda que el cerebro no sólo recibe un manojo de palabras; sino que asimila un mensaje corporal y paralingüístico; es decir el cómo lo dices y desde qué gestualidad.

¿Te has preguntado desde qué área del cerebro te comunicas y desde qué área del cerebro la otra persona cacha tu mensaje? En este contexto es imprescindible el valor de la transparencia. Es decir, ser capaces de aceptar o denegar lo solicitado. Esto es primordial en la comunicación asertiva. ¿Qué sucede en nuestros cerebros si no somos transparentes?

La parte prefrontal del cerebro está relacionado a la conducta social, las formas en que interactuamos, así como los roles que asumimos en una organización. Al aceptar una tarea con la que no estamos de acuerdo y repetimos esa acción, el cerebro del líder asimila esa conducta como como algo normal y se establece una dinámica entre líder y colaborador; la interacción se normaliza social y neuronalmente.

El colaborador, al no estar de acuerdo ejercitará una conducta de resistencia; llegará el momento en que la encomienda se empiece a hacer mal o de plano, el colaborador se niegue a realizarla. El cerebro y la mente del líder lo tomará a mal y surgirán muchos roses; “¿por qué antes lo hacías y ahora no quieres?” Sería la pregunta.

Sucede que hay muchos tipos de ruidos y la falta de transparencia, la imposición y el no escuchar son algunos de los principales ruidos en la comunicación asertiva del líder. Ahora bien, entendamos al ruido como todo obstáculo que interrumpe la comunicación; puede estar presente de manera explícita o muy oculta; es decir, ser visible desde el consciente o esconderse en el subconsciente.

Para terminar una de las principales características de un líder asertivo es validar con sus colaboradores si la instrucción es clara, se puede realizar en tiempo y forma y definir de manera precisa los índices de satisfacción; es decir, cómo se van a declarar ambas partes satisfechas de que las cosas se realicen como las imaginaron en sus mentes.

La capacidad de negociar, convencer, inspirar y aceptar lo que puede y no puede ser es parte de la asertividad de un líder.

¿Cómo validas la asertividad en tu liderazgo?

#palabradecoach

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