Nuestro sistema de creencias es el lugar desde el cual interpretamos y le damos un significado al mundo; es lo que llamamos realidad o verdad.
Sin ánimo de ser maniqueísta, hay quien ve la situación que vive como una amenaza o como una oportunidad. Esta fue la principal diferencia en el encuentro definitivo de la final de la Liga MX entre América y Monterrey. Y es que hay de dos sopas: o tú controlas a tus creencias o éstas te controlan a ti.
La forma en que observas el entorno, la capacidad de tomar decisiones estratégicas, de ponerte creativo, de pasar de lo “furioso” -y desesperado- a lo “curioso” -y proactivo- depende de las creencias que generes en tu aquí y tu ahora.
En este sentido, América jugó desde un sistema de creencias positivo; en todo momento mantuvieron el foco en lo importante. Impartieron cátedra de cómo jugar atentos y concentrados.
Imagina un gato que pretende cazar a una paloma. El minino debe estar atento a cualquier depredador que quiera tomarlo por sorpresa; pero atento a identificar cuál de las palomas es la más adecuada para lograr su cometido.
Es trabajar en un doble foco de atención. América estuvo tan atento y concentrado como el más entrenado de los felinos; lo hicieron tan bien que este ejercicio era tan sutil, tan casi imperceptible que pareciera que puede lograrse muy fácilmente o que ni siquiera existió.
¿Se dieron cuenta de la actitud de los jugadores Águilas cada vez que daban un pase? Cada que soltaban el balón se mantenían dentro del mismo esquema mental que los llevó al tricampeonato. Todo era oportunidad y siempre conservaron el personaje. ¿Quieres ser tricampeón? Come como tricampeón, sueña como tricampeón, trota, corre, observa y recorre la cancha como un tricampeón. Inhala y exhala el tricampeonato. ¿Cómo se ve el mundo desde el tricampeonato? ¿Qué observa un tricampeón en la cancha? ¿A qué se compromete un tricampeón? Un personaje tricampeón puede diseñarse a través de una visualización. ¿Habrá sido una de las prácticas americanistas? Estoy seguro de que sí.
Un equipo es la suma de ideas oportunas. América lo sabe y en este rubro también hizo mejor las cosas que Monterrey. Fueron jugadores motivados, conscientes de sus capacidades individuales y dispuestos a trabajar juntos y coordinadas por una misma meta. André Jardine, su director técnico, supo administrar muy bien los egos de sus jugadores. Muchos de ellos son capaces de resolver individualmente un partido de fútbol; las habilidades las tienen; pudieron brillar y ser los héroes; pero nadie se volvió loco. El egoísmo no fue un protagonista entre los hoy tricampeones.
Desde el punto de vista de un equipo altamente competitivo américa hizo bien lo siguiente:
Productividad: cada integrante tenía claro qué se esperaba de él.
Logro de metas en equipo: en las metas de un equipo el logro de éstas es multifuncional; pero se requiere de los recursos individuales de cada elemento para triunfar. Las Águilas lo han venido haciendo muy bien desde hace varios campeonatos.
Creatividad y eficiencia para resolver problemas y generar acciones: América es uno de los equipos más resilientes y creativos del fútbol mexicano. Suelen jugar desde la responsabilidad y no desde la culpabilidad.
Tomar decisiones de alta calidad: La esencia del América como equipo está en el conocimiento común y en el liderazgo compartido. Insisto; la administración de los egos por parte de Jadine es una obra de arte.
Aprovechar los recursos. Como dije líneas arriba, un equipo es una constante generación de ideas oportunas. Es el principio donde nada se desperdicia. Los hoy tricampeones son los principales exponentes de este rubro. Cada meta debe trabajarse en conjunto, más allá de lo individual. Al parecer sólo hay un equipo que lo ha entendido a la perfección.
Y aunque no soy americanista… ¡Felicidades Tricampeones!
#palabradecoach