Construir empresas que se habitan y se piensan con valores

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El habitar humano no se trata simplemente de ocupar un espacio, sino de dar sentido a nuestra presencia en la vida.

En un mundo donde los cambios tecnológicos y económicos son constantes, muchas organizaciones siguen cayendo en la trampa de gestionar desde la urgencia, sin detenerse a reflexionar sobre el verdadero sentido de su estructura, cultura y liderazgo. Aquí es donde una mirada poco común, la filosofía de Martin Heidegger combinada con los hallazgos del neuromanagement, ofrece una propuesta disruptiva y profundamente útil para líderes conscientes: construir, habitar y pensar; yo propongo, desde el valor de lo humano.

El primer paso es construir empresas con propósito, no sólo con KPIs. Martin Heidegger nos recuerda que construir no es sólo erigir estructuras físicas, sino preparar el terreno para vivir con sentido. En las organizaciones, esto implica diseñar estructuras, estrategias, procesos y equipos, que estén al servicio de algo más que el crecimiento financiero; me refiero a la realización del talento humano.

Desde el neuromanagement sabemos que el cerebro humano necesita coherencia, motivación y entornos seguros para rendir al máximo. Si una empresa se construye únicamente desde la presión por resultados, genera cortisol (estrés), desmotivación y rotación. Se habita desde la necesidad, desde el tener que estar sin quererlo, desde el estar involucrado, pero no comprometido. En cambio, cuando construimos cotidianamente con base en un propósito claro y compartido, activamos la dopamina que impulsa el compromiso y la innovación.

¿Cómo hacerlo?

1.- Realizar conversaciones robustas

  • Define y comunica un propósito que inspire.
  • Alinea la estructura y procesos con los valores de la empresa. Los valores implican conductas medibles y observables. ¿Qué conversaciones hay pendientes al respecto?
  • Asegúrate de que los líderes operen desde la coherencia y no desde la urgencia. ¿Desde dónde hacemos lo que hacemos? Las decisiones se toman principalmente desde lo emocional y no desde lo racional.
  1. Habitar la empresa: el nuevo liderazgo es humano

Heidegger afirma que habitar es más que estar en un lugar: es cuidar de él. ¿Qué significa esto en el contexto empresarial? Que los líderes deben crear espacios donde las personas quieran estar, crecer y contribuir. Esto no se logra con beneficios superficiales, sino con una cultura de conexión y sentido. ¿Qué tan retador es eso para tu empresa?

El neuromanagement demuestra que los entornos emocionalmente seguros y empáticos activan la corteza prefrontal, mejorando la capacidad de decisión, creatividad y colaboración. Habitar una empresa es vivirla emocionalmente, no sólo transitarla productivamente. Tres propuestas:

  • Fomenta la inteligencia emocional en el liderazgo.
  • Cultiva relaciones laborales basadas en la confianza. La velocidad de la confianza es un intangible que se refleja en los números de una empresa.
  • Establece rituales de conexión y escucha activa en los equipos. El tener claros los índices de satisfacción propicia un escenario de conversaciones sanas y robustas, donde no se toman las cosas a personal y queda claro cuál es el objetivo y cómo llegar a él; asimismo, herramientas como el feedback y el feedforward resultan clave en este ámbito.
  1. Pensar desde los valores: decisiones con impacto humano

Heidegger diferencia el pensamiento técnico del pensamiento esencial. Pensar, en su visión, es abrirse al sentido, y no sólo calcular. En el mundo corporativo esto se traduce en una gestión que va más allá de los números: pensar con valores.

El neuromanagement respalda esto con evidencia: valores como la confianza, la autenticidad o la compasión no son únicamente parte de las habilidades blandas, son activadores neuronales de alto rendimiento. Empresas que piensan con valores crean culturas más resilientes, adaptables y sostenibles.

Te comparto algunos valores clave en neuromanagement:

  • Confianza: disminuye el estrés y aumenta la oxitocina, imprescindible para el trabajo colaborativo.
  • Autenticidad: mejora la motivación interna al alinear lo personal con lo organizacional. El cerebro genera dopamina, adrenalina y oxitocina. Hay un sentido de vida que integra los espacios que habita el colaborador.
  • Compasión: genera entornos psicológicamente seguros, claves para la innovación y el aprendizaje.
  • Respeto: activa el sentido de pertenencia y refuerza el compromiso con la misión.

Hoy más que nunca, las organizaciones necesitan algo más que agilidad y rentabilidad, necesitan humanidad con dirección. El encuentro entre Heidegger y el neuromanagement nos ofrece un modelo potente y actualizado: construir con propósito, habitar con conciencia y pensar con valores.

Esta no es una filosofía abstracta, sino una estrategia empresarial con fundamento neurocientífico. Porque al final, la empresa que logra habitarse con sentido es la que construye futuro con verdadero impacto. El nuevo ROI es humano.

#palabradecoach

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