Alejandro Armenta ya es gobernador constitucional de Puebla. Quizá se trate de los muy pero muy pocos políticos que han logrado lo que han alcanzado por méritos propios, sin un padrino político detrás de él y con una tenacidad pocas veces vista.
Ha sido prácticamente todo lo que, profesionalmente, la política te puede dar: presidente municipal, diputado federal, diputado local, senador, dirigente partidista, secretario de estado y, finalmente te, gobernador de Puebla, la máxima responsabilidad que un poblano puede tener.
Alejandro es un hombre de trabajo de 24 horas al día, 7 días a la semana y sumamente comprometido con lo que se propone.
Erróneamente, se le ha tachado como marinista, fruto o invento del marinismo. Cosa que es totalmente falsa. Alejandro ya tenía su nombre escrito en la política poblana cuando Mario Marín fue gobernador. Y, en su momento, supo distanciarse cuando el ex gobernador perdió el rumbo.
Armenta supo ser paciente y medir sus tiempos. Jamás quiso correr, sabía que iba a ser gobernador y sabía que hay tiempos para todos. Supo sumarse a otros proyectos cuando entendía que no era su tiempo sino el de otro.
Ciertamente, se trata del mejor operador político que hay en Puebla. Muchos incluso dicen que mejor operador que el ex gobernador Rafael Moreno Valle. Recordemos que Armenta fue de los muy pero muy pocos a los que Moreno Valle no pudo ganarle una sola elección. El panista jamás supo decifrar al ahora morenista. Siempre hubo respeto y reconocimiento entre ambos, a pesar de sus visiones y proyectos política distintos.
Alejandro ya llegó al lugar que por más de dos décadas trabajó para llegar. Hoy en su momento, veremos en estos seis años el Estado que recibe y la Puebla que nos dejará.
Muy atento deberá de estar a sus colaboradores más cercanos, pues parte del éxito que tenga este gobierno dependerá de ello. Colaboradores que deben cuidar a su líder y jefe y evitar que sus actos golpeen directamente al gobernador.
La tarea que tiene en frente Armenta es titánica. Sergio Salomón le dejó, si una Puebla políticamente estable pero inundada en una inseguridad jamás vista en la época moderna.
La capacidad y el talento, ahí está. El gabinete que ha presentado es muy serio, profesional y con muchos años de experiencia . Alejandro sabe que ya está inscrito en la historia de Puebla, está iniciando su responsabilidad más elevada de su vida , sin duda, como poblano, debemos desearle éxito al nuevo gobernador.
¿Habrá indulto a la corrupción del anterior gobierno que encuentre en los cajones?
