El adiós de Salomón. Lo bueno, lo malo y lo horrible

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El 14 de diciembre, la administración del gobernador Sergio Salomón llega a su fin, para dar paso al sexenio del próximo gobernador, Alejandro Armenta.

Fueron 2 años los que Salomón estuvo al frente del gobierno de puebla, luego del inesperado fallecimiento de Miguel Barbosa y, eso sí, gracias a la extraordinaria labor de cabildeo realizada por Estefan Chidiac al más alto nivel, impidiendo que grupos barbosistas y cercanos a Nacho Mier, se hicieran de esta mini gubernatura.

Como toda administración, hay matices que nos hacen analizar cuan buena o mala fue la labor realizada en el tiempo que se estuvo frente a esta enorme responsabilidad de gobernar un Estado tan complejo como lo es Puebla.

En el balance final, podemos mencionar dos cosas muy buenas de esta administración.

La primera de ella es, sin duda, el fin de la polarización. Y es que, en el gobierno de Miguel Barbosa, quizá el peor de la historia de Puebla, en 4 años la constante fue la persecución de sus adversarios políticos, empresarios, periodistas, a quien fuera y todo aquel que osara en contradecirlo o a quien le dijera al oído Verónica Vélez o su esposa Rosario Orozco. Ellas dos eran quienes, en los hechos, gobernaron realmente Puebla cuando la salud de Barbosa comenzó a debilitarse.

Salomón no solo le puso fin a esa persecución de los enemigos de su antecesor. Peor no solo eso, sino que, además, el diálogo se abrió con todas las fuerzas políticas y en el interior de su partido. Puso fin a esa tiranía (no es exageración) que quisieron sembrar en Puebla.

La segunda es que, de igual forma, Salomón le medio dinamismo a la economía poblana con un sinfín de obras a lo largo y ancho del Estado, todas de gran relevancia pero destacando, principalmente, la nueva sede del Congreso del Estado. Obras solo comparables con el sexenio del ex gobernador Rafael Moreno Valle, por el calado de las mismas.

Dentro de lo malo del gobierno de Sergio Salomón, encontramos su activismo sin pena ni recato y sin decoro alguno en el proceso electoral que vivimos este año. Su intervencionismo no solo estuvo presente en la asignación de candidatos de todos los niveles, sino también en la operación política el día de la elección, donde todo el aparato gubernamental operó para el partido oficialista.

Pero, al final de cuentas, “haiga sido como haiga sido”, Salomón entregó buenos resultados a su partido como al entonces presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. A Palacio Nacional, el gobernador poblano entregó el triunfo del gobierno del Estado, la capital poblana y casi toda la zona metropolitana, así como carros completos en diputaciones federales y locales. El sistema, ahora que deje la gubernatura, lo premiará con el Instituto Nacional de Migración.

Pero, en la parte horrible del gobierno de Salomón es, sin duda, la violencia. Se dejó crecer al grupo criminal conocido como “Operación Barredora”, organización que ha sembrado el terror en la zona metropolitana de Puebla desde hace 2 años.

Sergio Salomón le entregará nuestro Estado a Armenta dentro de los 11 más violentos del país; como el octavo con mayor número de feminicidios; como el segundo con mayor número de linchamientos y con una capital siendo el cuarto sitio, a nivel nacional, en feminicidios; con cerca de 3 homicidios diarios, prácticamente mil en 2024.

¿Habrá indulto para lo horrible del gobierno de Sergio Salomón?

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